sábado, 1 de mayo de 2010

Pez, camisa o zapato (cuento)

Él llegó a una habitación en donde hay un pez que solo mira hacia afuera de la pecera, similar a algunas personas que solo andan viendo qué hay afuera de su casa (o incluso fuera de su país) y no ven lo que hay adentro. Pobre pez.

En la habitación hay una camisa que tiene como ochenta y cinco años de estar en la silla, por favor ni se les ocurra pensar en la edad de la silla, no importa la silla. La camisa tomó la forma de la silla a tal punto que ya la silla no es relevante. Sí, yo sé que generalmente es el copión el que es irrelevante, pero en este caso no sucede así por tratarse de simples sillas.

¿Qué más hay en la habitación? , pues unos zapatos cuya punta está en dirección a la puerta, señal inequívoca de que ya es hora de salir huyendo de semejante lugar.

Pero este personaje no huye aún, no por no tener miedo, sí tiene miedo, todos tenemos miedo, pero disimulamos muy bien.

¿Será que el pez de algún modo está amoldándose a un modelo de conducta? Tal vez sea el pez, tal vez sea el dueño de la camisa. Por lo tanto, creo que es hora de que nosotros (sí, nosotros), nos amarremos bien los zapatos, no vaya a ser que nos tropecemos con una silla.

Felipe Sotela (revista Lectores)

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